Una fina bechamel cocinada con queso de Cabrales (usa el que te guste) y cubiertas de doble capa de empanado para quedar crujientes por fuera y muy cremosas por dentro. Son una bomba de sabor que se abre en boca. Cuidado: pueden generar adicción, lo advertimos.
INGREDIENTES
- 500 ml. de leche
- 75 gr. de mantequilla
- 75 gr. de harina
- 150 gr. de queso de Cabrales o el que te guste
- sal al gusto
- 3 cucharadas de harina
- 2 tazas de pan rallado
- 3 huevos medianos
- y.... aceite de girasol para freir
ELABORACIÓN
Disolver el queso en 100 ml. de leche caliente y reservar.
Poner a fuego medio la mantequilla en una sartén y dejar que se derrita. Añadir la harina y cocinarla durante 2 minutos sin que se oscurezca.
Añadir poco a poco el resto de leche (400 ml.) muy caliente y remover con una espátula de madera continuamente y un poco de sal.
Seguir removiendo durante 12 minutos a fuego medio-bajo.
Añadir el queso disuelto en leche que habíamos reservado y seguir removiendo 3 minutos mas.
Sacar del fuego y ponerlo en un recipiente filmando a piel. Dejar que temple. Después meted al frigorífico tres horas.
Pasado ese tiempo preparar harina, huevo batido y pan rallado para el empanado. Poned a calentar abundante aceite de girasol (el de oliva le daría demasiado sabor y queremos que se note el sabor del queso) a temperatura de 170º C. Ponemos 10º menos que la fritura normal, para evitar que se abran las croquetas por la acción del queso.
Pasamos porciones de masa por harina, huevo y pan rallado y les damos la forma que queramos. Yo las hago cilíndricas.
Una vez empanadas las ponemos otra vez en huevo y de nuevo en pan rallado para darles el "doble empanado".
De esta manera quedan mas crujientes y tenemos la seguridad de que no se romperán en la sartén por la acción del calor.
Las sacamos a papel absorbente y las comemos muy calentitas.
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